Ejército de traidores

Sin sangre ni temor
a paso lento por caminos dormidos
por venas y brazos, por vientos,
se acerca el ejército de los traidores.
Del gesto y del destello nacieron estas sombras
que atraviesan, con un único nombre a cuestas,
las gruesas y generosas nubes de polvo.

Renegando del silencio, desertores
torpemente desnudos, sin pasado,
se devuelven de la guerra,
borrando el verde de los senderos.
Se les ve pasar, con frente baja:
cada frente un solo hueso sudoroso
y la poca piel, trizada.
Es un ejército de cobardes
que hace temblar las hojas, y escribe
con sus huellas una palabra indescifrable.

Cuando al fin cae la noche
el abanico de fantasmas se cierra
en un hombre joven y cansado.
 


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